Moneda social

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Introducción a la moneda social

¿Por qué inventar otro nuevo dinero cuando nuestras monedas oficiales parecen cumplir su cometido?

Porque nuestro dinero convencional está en la raíz de la mayoría de la miseria, sufrimiento y problemas a los que se enfrenta la humanidad. Además es el factor más influyente que se esconde detrás de las crisis medioambientales y económicas a las que nos enfrentamos.

Los sistemas de dinero que usamos son servicios aparentemente neutrales, no partidistas provistos por nuestros gobiernos. Son “servicios” proporcionados por instituciones financieras privadas (bancos) específicamente para su propio beneficio más que para el de los usuarios. Nuestro sistema monetario convencional solamente funciona para aquellos que ya tienen dinero y marginan al resto. Son también el combustible que propulsa el crecimiento fundamental de nuestras economías, forzándonos a todos a competir con las consiguientes desastrosas consecuencias para la salud de nuestro planeta.

El principal problema con el dinero convencional es que “nos hacen creer que existe”, o al menos los bancos nos persuaden para hacernos creer que sí existe para que nos lo puedan “prestar” con un coste añadido. Como tal ha sido creado, distribuido y la cantidad de este restringido y controlado. El dinero ve la luz cuando los bancos comerciales otorgan préstamos, así cada unidad en existencia se corresponde a una unidad de deuda. Esto determina la cantidad de dinero, que no tiene nada que ver con la cantidad de dinero que la gente necesita para vivir una vida digna. Este dinero está también fundamentado en la especulación, porque cuando se da un préstamo al mismo tiempo se genera ese dinero con la condición de que será reintegrado en el futuro con intereses.

A pesar de sus modernas trampas electrónicas, nuestros sistemas de dinero convencional son una reliquia decimonónica. Son en realidad el equivalente de nuestros días del ganado o del oro. El sistema de dinero basado en deuda fue desarrollado durante la revolución industrial para proporcionar un suministro de dinero en rápida expansión que no podía ser satisfecho con un sistema monetario convencional basado en la cantidad de metales preciosos. Esto introdujo el dinero intangible que no existía de la misma manera como lo hacían los anteriores dineros “palpables”, pero la gente continuó utilizándolo como una mercancía intercambiable. El dinero que “existe” puede ser acumulado como cualquier otro artículo. Se puede también robar, mercadear, acumular, destruir y perder. Su distribución no está basada en la distribución de valor a otros sino en la capacidad de la gente de “hacer dinero”. El dinero convencional no tiene limitaciones y fluye siempre lejos de donde se creó y es necesitado, hacia los “centros de dinero”.

El 95% de la moneda convencional no es creada por el estado, sino que se emite cuando las personas, empresas y gobiernos contraen una deuda con alguna entidad financiera. Con los años los deudores deben devolver mucho más de lo que pidieron. Se crea el capital principal, pero nadie crea el dinero de los intereses.

En definitiva se ha de devolver más dinero del que realmente hay en circulación. Esto afecta también a quien no está endeudado y genera una guerra comercial para obtener este dinero de los demás “competidores”. Deben recurrir a nuevas deudas, a la conquista de nuevos mercados, a la publicidad engañosa y a la sobreexplotación de recursos y personas sólo para cumplir con su compromiso adquirido. El dinero habitual tiene un diseño que nos empuja al enfrentamiento.

Al contrario de lo que solemos creer no todo el dinero es igual. El interés compuesto y otros complejos mecanismos para “hacer trabajar el dinero” producen inestabilidad y estancamiento de la economía real o productiva, facilitando “burbujas” financieras que aceleran la economía pero acaban dejando a la gente sin dinero y sin trabajo. Gracias al diseño del sistema monetario hoy la mayor parte del dinero está en el “juego del casino financiero global”, el triple que hace tres décadas, estrangulando la economía real o productiva.

Ante la complejidad del problema se buscan sofisticadas maneras de compensar los desequilibrios y así las personas se acaban poniendo al servicio del dinero. Hace poco se realizó con recursos públicos el mayor rescate de la historia del sistema financiero global.

Como sabemos la moneda convencional fomenta que se expolien los recursos naturales y se explote a l@s usuari@s. Para afrontar los retos de la era digital y reconstruir el sentido de comunidad perdido en la pasada era industrial necesitamos contar con un medio intercambio que nos permita vivir, pero que no sirva para especular. Este es el sentido de la moneda social como herramienta de intercambio.

Que es el dinero convencional, que hace y de donde viene?

Michael Linton diseñador del LETSystem nos lo explica en este vídeo (subtitulos en español).

Un dinero que se genera al crear trabajo y valorizar e intercambiar capacidades no aprovechadas es un buen antídoto al consumo indiscriminado que genera el crédito para consumir al que estamos tan acostumbrados.

Cuando usamos sistemas de intercambio en comunidad no dependemos de una forma de crear dinero que nos empuja a destruir comunidades, explotar a seres vivos y agotar los recursos comunes.

Por eso hacen falta alternativas que ayuden a construir un futuro realmente sostenible. Como las monedas sociales no generan intereses y son creadas por la propia comunidad de usuari@s, al hacerlas circular podemos cubrir muchas de nuestras necesidades sin aumentar la presión sobre los individu@s y el medioambiente.

El ECO – Dando valor a la verdadera riqueza de la comunidad

La moneda social-ECO son unidades de medida de intercambio y su valor está respaldado por la confianza mutua, la transparencia y la participación de l@s usuari@s.

Es una moneda social alternativa a la moneda oficial del territorio en donde se encuentra, esta nace del consenso entre individu@s y busca cocrear un espacio de intercambio reciproco.

La revolución electrónica ha eliminado la necesidad de un intermediario para el intercambio. Nunca antes en la historia de la humanidad ha sido posible registrar con tanta fiabilidad quien entrega valor a quien. Ahora que esto es posible no hay ya más necesidad de un dinero “existencial”; el dinero puede al fin medir con precisión la entrega de valor y estar basado en ninguna otra cosa que no sea la inversión de esfuerzo de la gente en otr@s individu@s. El dinero es información no una cosa.

Si el dinero no necesita existir como una cosa no tiene por qué ser creado ni distribuido. La gente generara dinero meramente basándose en la entrega de valor a otras personas, no mediante el cobro de intereses, ni operando con él en los mercados especulativos.

El dinero que no existe nunca puede agotarse, pero nadie puede tener más producto social del valor que puede ofrecer. Nadie podrá apropiarse de más cantidad del producto social del que previamente ha contribuido o puede contribuir, tal como se suele hacer dentro del actual sistema monetario. La riqueza permanecerá allí donde se ha generado y donde se necesita, y no se escapará hacia los “centros del dinero.”

¿Que es, que hace y de donde viene el dinero comunitario?

Michael Linton diseñador del LETSystem nos lo explica en este vídeo (subtitulos en español).